Mostrando las entradas con la etiqueta Universidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Universidad. Mostrar todas las entradas

viernes, 14 de febrero de 2014

Antecedentes de la Universidad Nacional Autónoma de México: La Universidad Nacional durante los años revolucionarios 1910-1920

VII


1910 marca el comienzo del siglo XX mexicano, así como 1917 marcó el comienzo del siglo XX mundial, con la denominada Revolución de Octubre.
El llamado al levantamiento revolucionario hecho por Francisco I. Madero para el 20 de noviembre de 1910 bajo el lema de “Sufragio efectivo no reelección” fue escuchado por muchos grupos, entre ellos los hermanos Serdán en Puebla, quienes fueron sorprendidos unas horas del 20 de noviembre de 1910. Durante los últimos meses de 1910 y los primeros de 1911 hubo levantamientos, pero no una guerra frontal entre los revolucionarios y el gobierno de Díaz. Los diversos incidentes y el paulatino retiro del apoyo de los Estados Unidos al gobierno de Díaz lograron que éste abandonará México a finales de mayo de 1911.  Cuatro años más tarde moría en el exilio en Francia, donde aún sigue enterrado.

1910 fue también el año en que la Universidad Nacional de México se inauguró, pero no pensemos que sus inicios fueron fáciles. De hecho, hubo muchos opositores, incluso diputados que ejercieron presión para que volviera a cerrarse, para dejar la educación en manos de las escuelas profesionales, mismas que habían sido centro de conocimiento de cada una de las ramas de conocimiento, bajo el supuesto de que el gasto en la Universidad resultaba “dispendioso”, que era un lujo y que a final de cuentas se había inaugurado con el fin de deslumbrar a los invitados que participaron en los festejos de la 100 años de Independencia. (el 15 de septiembre también era el día del cumpleaños del General Díaz...coincidentemente)

Por otro lado, se ha dicho que

Los primeros años de la Universidad Nacional de México se caracterizaron por un rechazo de profesores y alumnos al movimiento revolucionario y a cualquier intento de modificar su statu-quo. Además, la nueva institución no se basaba en un proyecto bien estructurado, sino en buenas intenciones (como lo vimos en el discurso de Justo Sierra). En estas circunstancias, la Universidad no podía tener un desarrollo propio y mucho menos brillante, sólo podía tratar de sobrevivir. [1]

A pesar de lo anterior, (y como también lo menciona Marsiske), todos los acontecimientos mundiales que se fueron sumando al desarrollo revolucionario mexicano, coadyuvaron a un mayor interés por parte de la comunidad universitaria y sobre todo de su alumnado para comprometerse con la realidad nacional. Estos años también marcaron el inicio de la conformación de grupo estudiantiles ligados a la discusión de temas nacionales y a la consolidación de una idea de lo “nacional”. En este aspecto, la Universidad sería un elemento clave, como hasta hoy en día lo es.

Al abrir sus puertas la Universidad contaba con cuatro Escuelas: la de Ingenieros, Jurisprudencia, Medicina y  la Escuela de Altos Estudios (antecedente de la Facultad de Filodosfía y Letras pero también de la Facultad de Ciencias). Durante su primer año de vida contó con aproximadamente 1,000 estudiantes.[2] Procedentes de una clase media y porfiriana.[3] 

Para 1916/17 la universidad “dio su apoyo a la revolución y en particular a Venustiano Carranza (el grupo constitucionalista) que representaba la facción moderada del movimiento y, para ellos, sería el único que podía lograr alcanzar la estabilidad nacional.”[4] Por último, es importante mencionar que a partir de los cambios constitucionales de 1917, la Secretaría de Instrucción Pública desapareció. La Universidad quedó entonces sujeta al Departamento Universitario y de Bellas Artes.  







[1] Marsiske,  Renate:” La Universidad de México: Historia y Desarrollo”, en Revista Historia de la Educación Latinoamericana, núm. 8, 2006, pp. 11-34, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia,Colombia pp. 9-34. P.18. Ver:  http://www.redalyc.org/pdf/869/86900802.pdf (09.02.2014)
[2] Al inicio de la Revolución mexicana, México contaba con 15, 2 millones de habitantes. Fuenbte: INEGI.
[3] Álvarez Sánchez, Adriana: „La Universidad Nacional de México y el Centenario de la Independencia”, en XIV Encuentro de Latinoamericanistas españoles. P. 361.
[4] Ibidem., p.363.
Foto: Antiguo escudo de la Universidad Nacional, el cual apela al cientificismo imperante de la época.

lunes, 27 de enero de 2014

Antecedentes de la Universidad Nacional Autónoma de México durante el siglo XIX V

V

El siglo XIX marcó un nuevo ciclo dentro de la vida política, económica y cultural de México. Los procesos de independencia de principios de siglo llevaron a la conformación de la mayoría de los estados nacionales de América, solo con algunas excepciones, por ejemplo, Brasil, República Dominicana, Cuba que se independizarían más tarde. El siglo XIX o decimonónico estuvo marcado por los debates y pugnas entre los liberales y los conservadores, quienes basaban sus ideas en la política europea imperante en la época. Increíblemente y –como ya lo apuntaba Alexander von Humboldt durante su visita a América y a la Nueva España-, México era un candidato para optar por una Monarquía Constitucional. No estuvo nada errado en sus predicciones, pues efectivamente al término de la Independencia Agustín de Iturbide (quien ya había pactado con los Insurgentes) se erigió como Emperador del Primer Imperio Mexicano entre 1822-1823. Más tarde y al disolver el Congreso, en el que tampoco contaba con muchos amigos, Iturbide no pudo contener el Plan de Casa Mata, mismo que le daría el protagonismo a uno de los personajes más controvertidos del siglo XIX mexicano: Antonio López de Santa Anna (1794-1876) para derrocar al primer emperador.

Una década más tarde, Valentin Gómez Farías (1781-1858), presidente de México y de ideología liberal, y quien se alternó en varios periodos entre 1933 y 1934 la presidencia con Antonio López de Santa Anna, estaba decidido a sacar a la Iglesia de los temas de competencia civil, como por ejemplo, en el concerniente a la educación.

La Real y Pontificia Universidad de México se encontraba en manos de los elementos más conservadores y fanáticos del país, que detentaban el control de la educación y la cultura; preparaban y orientaban a la juventud en contra de los principios liberales y progresistas, constituyendo aquella institución el centro aristocrático de enseñanza de los sectores clericales y reaccionarios de la República, por lo que a ella no podían llegar fácilmente los jóvenes de la clase popular, carentes de recursos o de influencias.[1]

Por eso, el 21 de octubre de 1933  Gómez Farías suprimió la Real y Pontificia Universidad de México para crear la Dirección de Instrucción Pública, con esto daba un carácter público y científico a la educación en México y a los estudios medios y superiores. (Para más información sobre los reglamentos de la época ver aquí)

“Según la perspectiva de los liberales, en las universidades se impartían conocimientos poco útiles, además, siendo éstas controladas por el clero eran focos de oposición.”[2] Así y a pesar de la conformación de la Dirección de Instruccion Pública (la que más tarde sería nombrada como Secretaría de Educación Pública, SEP), las nuevas instituciones y recintos educativos sufrieron los embates de la época, por ejemplo, la intervención norteamericana, la pérdida  de casi medio territorio a manos de los estadounidenses, de la imposibilidad de poblar esos lejanos territorios y de leyes que aún no terminaban de forjarse cabalmente en el todavía naciente estado mexicano. Así, durante la primera mitad del siglo XIX la Universidad de México experimentó una serie de clausuras y reaperturas (1833, 1857, 1861) hasta que finalmente y durante el Segundo Imperio, bajo el gobierno de Maximiliano de Habsburgo se cerró definitivamente la Universidad el 30 de noviembre de 1867. La Universidad había caído en una crisis acerca de su misión, su forma de regirse y sobre todo era evidente la necesidad de una reestructuración. A partir de esto, la Dirección de Instrucción Pública estableció en el D.F., una serie de Escuelas Nacionales que suplirían los estudios anteriormente impartidos por la Universidad. De esta manera fue como se estableció la Escuela Nacional Preparatoria (Fundada en 1868), la cual fungiría como columna vertebral de la nueva organización educativa[3], basada en los ideales del positivismo francés de Augusto Comte, introducido en México por Gabino Barreda (1818-1881), quien impulsó el lema de “amor, orden y progreso”.  Paradójicamente la Universidad de México se mantuvo cerrada durante todo el porfiriato (1876-1880 y 1884-1910, si tomamos en cuenta el 20 de noviembre como inició de la fase revolucionaria o hasta 1911 cuando Díaz se embarcó a Francia) y fue precisamente a Porfirio Díaz quien el 22 de septiembre de 1910 –en medio de los festejos del Centenario de la Independencia de México y ya a la víspera de la Revolución Mexicana-, se le “ocurrió” reabrirla, no ya como Real y Pontificia Universidad de México, sino como Universidad Nacional de México. 
Pero, sobre este periodo y los antecedentes de la Universidad Nacional Autónoma de México les hablaremos en la próxima entrega.  

(¡Esperamos sus comentarios!)



La Universidad, durante el siglo XVIII y XIX, se mudó a las calles de Corregidora y Erasmo Castellanos y como podemos ver en la foto de arriba, en el patio de la Universidad se ubicó la famosa estatua "El Caballito", la cual hace alusión al rey Carlos IV de España, ¡ni más ni menos! Un símbolo ultra conservador si lo vemos con los ojos de la época y al mismo tiempo una excelsa obra de arte que ha sobrevivido a todos los vaivenes políticos mexicanos y a los restauradores...



[1] Ver “El laicicismo en la Historia de la Educación en México”, en:  http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/pedagogia/laicismo/2.html (24.01.2014)
[2] Cfr.  Márquez Carrillo, Jesús: “La educación pública Superior en México durante el siglo XIX”, en: http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/htm/articulos/sec_28.htm (24.01.2014)
[3]Ver Marsiske, Renate: „La Universidad de México: Historia y Desarrollo”, p. 17, en: http://www.redalyc.org/pdf/869/86900802.pdf (24.01.2014)
*Foto: http://ciudadintima.blogspot.de/2013/07/la-antigua-universidad.html

viernes, 24 de enero de 2014

Antecedentes de la Universidad Nacional Autónoma de México III

III

Como ya lo mencionábamos en nuestra última entrega, la Universidad de México hacia finales del periodo Colonial se encontraba íntimamentete ligada con el acontecer político y con las decisiones emanadas de la Corona española, es de subrayarse también, que si bien la ciencia avanzaba de manera acelerada en el continente europeo este no fue el caso de México.  Además, la expulsión de los Jesuitas en 1767 significó una gran crisis en el desarrollo del conocimiento, pues ellos fueron importantes propagadores de la Ilustración (Aufklärung) en México. A pesar de ello, hubo personalidades que aprendieron de manera autodidacta. De igual modo, las ideas de Francis Bacon y de René Descartes comenzaron a tener cada vez más adeptos dentro de la intelectualidad mexicana, lo cual coadyuvó a la crisis del escolasticismo reinante durante el periodo Colonial y a la búsqueda de nuevos problemas y respuestas a éstos. Así, en 1792 se fundó el Seminario de Minería, el cual se convertiría al paso de los años en el Colegio de Minería donde se fundó el primer laboratorio de física moderna en México.[1]
La Universidad de México, empero, era de corte conservadora y ceñida a las líneas de la Corona y a los intereses del alto clero, por eso, cuando se dió el grito de Dolores, los universitarios se manifestaron en contra... [2] (¡Cuánto ha cambiado nuestra Universidad!) A pesar de encontrarse en medio de la vorágine cotidiana del centro histórico, a un lado del mercado El Volador, fundado hacia finales del siglo XVIII y donde podían encontrarse todo tipo de mercancías como: “fruta, bizcochos, quesos, mantequillas, fierro, cobre, herraje, especias, semillas, verduras, flores, carnes, aves vivas y muertas, pescado fresco y salado, loza, petates, jarcia, cueros curtidos y al pelo, zapatos, sillas de montar, comestibles de todas clases, aguas frescas, maíz y hasta puestos donde atendían barbero, además de ropa nueva y vieja”.[3]

Así, la relevancia de la Universidad de México durante el proceso de Independencia, no sobresale en contraposición con otros Colegios y Seminarios que se mantuvieron más activos a lo largo de este proceso. Sin embargo, sí podemos hablar de una cierta expansión del pensamiento ilustrado, fundamental para entender los acontecimientos que se vivirían en el México decimonónico, como lo explicaremos en la siguiente entrega.







[1] Cfr. Wikipedia: „Historia de la Ciencia y la Tecnología en México”,  en: http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_ciencia_y_la_tecnolog%C3%ADa_en_M%C3%A9xico (22.01.2014)
[2] Cfr. Olmos: http://dspace.uah.es/dspace/bitstream/handle/10017/6012/La?sequence=1 p. 29 (22.01.2014)
[3] Cfr. „El mercado  El Volador“, en: http://ciudadanosenred.com.mx/el-mercado-el-volador/ (22.01.2014)
*Fuente fotografía: http://memoriaurbana.foroactivo.com/

Visítanos en: https://www.facebook.com/unamhuelga15